Friday, August 21, 2009

Imágenes de San Miguel

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Hola!

Para todos aquellos que gusten hacer presentaciones sencillas como cancioneros, folletos, boletines, revistas parroquiales, meditaciones para retiros... y demás, les dejo una herramienta que espero sea de utilidad - - - > Imágenes (GIF y JPG) de San Miguel Garicoits en blanco y negro para que puedan imprimirlas fácilmente. Inclusive para los catequistas [Hoy en su día ;-) !!] les servirá para contar la vida de Miguel.


Pueden descargar el archivo zipeado desde este link:
http://www.mediafire.com/?oe2motbwu22
Y luego hacer click en "Click here to start download".


Si necesitan otros materiales, ¡avisen!
Un gran saludo! - - - Mariana
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Wednesday, August 19, 2009

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Jóvenes con historia

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Queridos amigos:

Me pongo en contacto con todos ustedes porque desde la Pastoral Juvenil del Vicariato de Argentina y Uruguay, les queremos hacer una linda propuesta.

El fin de semana más cercano al día de la primavera, desde hace ya bastantes años, se viene realizando el Camjumita. Es un expresión de vida joven, que nos brinda la posibilidad de encontrarnos los que formamos parte del carisma de Betharram, además de ser oportunidad para crecer en la fe y celebrar la vida juntos.

Pero este año queremos cerrar el Camjumita '09 -el domingo 20 de septiembre-, de una manera especial: invitando a participar a los "Jóvenes con historia".

Hace ya unos años, la idea de volver a reunir a estos "jóvenes grandes" o "mayores", se plasmó en una invitación realizada por el P. Gustavo Agín, hoy Superior Regional, a participar de una jornada en la Casa de Encuentro de Adrogué.

Hoy queremos volver a hacerles esta invitación: que puedan participar del último día de Camjumita '09, teniendo ese domingo un tiempo especial para encontrarnos y vernos -algunos quizás después de algunos años- tener un tiempo de reflexión, celebrar junto a los jóvenes la misa y compartir un rico almuerzo. A la tarde podemos disponer para seguir encontrándonos y más que nada poder charlar, ver en qué andamos, seguir en contacto.

Lo que sí queremos destacar es que la invitación quiere ser lo más transparente posible: no hay letra chica. A veces, cuando recibimos este tipo de invitaciones podemos pensar en "qué tipo de mangazo nos van a hacer", para animar un grupito en tal lado, asumir tal ministerio, coordinar campamentos, retiros, Calamuchitas, misiones, etc,etc.etc...

Queremos decirles que la invitación es sana: la propuesta es poder encontrarnos y volvernos a ver, para compartir la vida, seguir en contacto y quizás poder soñar con un lugar en esta querida familia de Betharram, pero desde lo que somos ahora y no desde los adolescentes que ya dejamos de ser.

Nosotros particularmente soñamos con un Betharram, que sea cada vez más familia de religiosos y laicos; que la formamos entre todos, y entre todos la hacemos, la sufrimos, la amamos y la compartimos con otros para que hagan la misma experiencia de Dios que nosotros.

También creemos que nos les va a venir nada mal a los adolescentes y jóvenes de hoy conocer jóvenes con historia que son adultos y se animan a ser cristianos y a jugarse por la vida de Jesús en el trabajo, en el estudio, con la familia, los hijos, la situación social de hoy, y la permanente tentación de bajar los brazos sin dar razones de nuestra esperanza.

La invitación queda hecha. La cita es el 20 de septiembre a las 9:30 en el Campo de Deportes del Colegio San José en Martín Coronado.

Le pedimos que por favor difundan esta invitación a todos sus amigos y conocidos que hayan transitado alguno de los caminos de la Pastoral Juvenil de lo que ha sido nuestra Provincia del Río de la Plata.



Los saludamos muy fraternalmente en el Corazón de Jesús, Amigo, Compañero y Hermano.


Seba scj y Equipo.
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Saturday, August 15, 2009

¡¡¡¡Muchas ganas de tenerte más presente Madre Nuestra!!!!

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Buenas a todos los jóvenes Betharramitas!!!!
Por el Uruguay, el secundario preparó y celebró el día de María el pasado jueves. Junto al Padre Bruno, pudimos encomendarnos a nuestra Madre. El objetivo era conocerla mas y así hacer crecer nuestra amistad con ella!!!

Nos comunicamos a través de cartas los de 1º año, 2º reflexionó la visita a su prima Isabel, 3º y 4º leyó notas del libro "El Diario que María nunca escribió".

En resumen ¡¡¡¡Muchas ganas de tenerte más presente Madre Nuestra!!!!Ser tus hijos en Amor y Amistad!!!!
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Wednesday, August 12, 2009

Entre los 25 y los 34 años... ¿la edad de oro?

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Un estudio dado a conocer hoy revela que "la edad de oro" de la juventud se da entre los 25 y los 34 años, y que en realidad ese período es más una cuestión de "actitud" que "demográfica".
La investigación, realizada para la cadena MTV, comprueba además que existen tres etapas en la juventud: "descubrimiento, exploración y la edad de oro, que va de los 25 a los 34 años". Es en ese período donde se registran los mayores índices de felicidad, confianza y poder de compra.
Aquellos que están entre los 25 y 34 años tienen, según el informe, casi el doble de bienestar personal, "más dirección y más confianza comparados con sus contrapartes adolescentes, quienes se encuentran a sí mismos con la creciente presión por descubrir quiénes son verdaderamente".
De acuerdo con la investigación, basada en actitudes o comportamientos de 28 mil hombres y mujeres de entre 25 y 34 años de todo el mundo, el período de moratoria (y prolongación de las responsabilidades) se extendió mucho más allá de la edad en la que la mayoría de las personas consideran lo propiamente juvenil, incluso en algunos casos pasando todavía los 34 años de edad.
Semejante fenómeno se produjo por distintos factores, entre ellos el aumento en la expectativas de vida desde 1950 en adelante.
Por eso, se destaca en el estudio, "la juventud ya no puede ser considerada puramente en términos demográficos".
La investigación se llevó a cabo durante el año pasado en 17 países: Alemania, Arabia Saudita, Argentina, Australia y Nueva Zelanda, Brasil, China, Dinamarca, Estados Unidos, España, India, Italia, Japón, México, Holanda, Polonia, Reino Unido, y Suecia.
Fuente: Télam y La Nación: http://www.lanacion.com.ar/1161200

¿Será verdad? ¿Ustedes qué opinan? ¿Y qué dirán los que ya pasaron los 34?
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Comunicado ¿o no?

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Personas del siglo XXI, beneficiarios de vivir en una gran urbe, hijos del asfalto –diría un querido profesor. Vivimos todo el día conectados, al celular (muchos ni siquiera lo apagan cuando duermen), al Messenger, Facebok, Twitter, otrora al ICQ. Recibimos y mandamos una cuota –a veces irracional- de mensajes de texto o SMS. Mails que van y vienen para todos lados, todo el tiempo (muchas veces de contenido sustancial, como pasa por mi escritorio).

¿Dónde ha quedado la voz humana ante tanta gélida cibernética? ¿Dónde ha quedado el hacerse un tiempo para tomar un café? ¿Dónde ha quedado el tiempo del amigo, del abrazo?

Vivimos corriendo y nos desangramos por cosas que… no sé hasta dónde son tan importante como decimos o creemos o nos hacen creer.

“Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas; y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola” (Lc 10). Y por Marta, cada uno puede poner su nombre.

¿Me comunico con los que quiero? ¿Encuentro un tiempo para comunicarme conmigo mismo y mirarme al espejo? ¿Me encuentro con Jesús?

Qué preguntas
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Tuesday, August 11, 2009

Un peluche en el prostíbulo

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Testimonios / Extra Día del niño
Niñas y púberes son arrancadas con falsas promesas de sus humildes hogares y obligadas a ejercer la prostitución. La denuncia del obispo de Gualeguaychú, autor de esta nota, es un grito contra el silencio y la complicidad
Noticias de Revista La Nación: Domingo 9 de agosto de 2009 | Publicado en edición impresa

Daniela tiene 13 años y está en 6º grado en una escuela del norte argentino. Cuando forman en el patio de tierra colorada para izar la Bandera de la Patria, ella es la más alta. Se atrasó dos años porque ayuda en casa cuidando a sus hermanitos y a algunos hijos de los vecinos. Es una tarea que desarrolla muy bien y le gusta. De grande dice que va a ser maestra jardinera.
Una vecina le contó a su mamá de una sobrina que trabaja en Buenos Aires cuidando los hijos de una familia de plata: "A Verónica le va muy bien. Gana unos pesos y le hacen estudiar el secundario. Si sigue así, dicen que va a ir a la facultad".
La oferta era buena. A la Rusita -así le dicen a Daniela por sus cabellos rubios y ojos claros- le gustó la idea. Además, también en esos meses se habían sumado para probar suertes parecidas Maribel, Celeste y Guanda, que eran de familias conocidas de unos pueblos cercanos.
La despedida fue sencilla y sin mucha emoción. Daniela llevaba puesto un vestido rosado con puntillas blancas y los zapatos de la comunión, que le apretaban un poco, pero eran los únicos que tenía. Como estaba lloviendo mucho fue inevitable salpicarse con barro colorado. Las habían ido a buscar dos matrimonios en dos autos. Antes de partir se sacaron varias fotos con toda la familia y algún vecino.
Daniela llevaba un bolso pequeño y un osito "aviador" de peluche. Desde chiquita soñaba con poder mirar cómo serían las casas y los árboles desde el cielo.
Después de andar unas 5 horas pararon en una estación de servicio. Mientras compraban unas galletitas, sonó el celular de uno de los matrimonios. Con cara de preocupación uno de los hombres les dijo que las familias de Buenos Aires habían tenido que viajar de urgencia por unos días, y que esperarían en una casa por ahí cerca hasta que regresaran. Ya estaba entrando la noche. Hicieron dos horas más de viaje y algunas se durmieron. Llegaron a una casa rara y oscura cerca de una ruta, y allí las dejaron. Nunca más vieron a esos matrimonios.
Dos hombres y una mujer grandes llevaron a las cuatro chicas a una pieza con dos camas. Allí iban a dormir. Les dijeron que para pagar la comida de "esos días" y mandar plata a casa iban a tener que acostarse con algunos hombres y hacer lo que ellos les pidieran. Cuando Maribel dijo que no con un grito, la mujer le dio un sopapo que le hizo salir sangre de la boca, y uno de los hombres le pegó con el cinturón. Después se la llevaron, dijeron que a otra casa.
A las tres les sacaron la ropa que tenían puesta y les dieron ropa de "mujeres grandes", que ellas no conocían. Ellas sabían que dejar que los hombres les hicieran cualquier cosa estaba mal. Una vez la mamá de Guanda le contó que un vecino había violado a su sobrina y cómo le había arruinado la vida a la pobrecita. Ellas también habían escuchado que alguna compañera de la escuela o alguna vecina era sometida sexualmente por el papá o el padrastro o por alguno de los hermanos, y nadie las protegía.
Esa noche, ya muy tarde, las sacaron a patadas de la pieza y las hicieron "trabajar" por primera vez en otros sucuchos. Había mucho olor a vino, a cigarrillo, a humo. Se veía muy poco y la música estaba muy fuerte. Fue horrible.
"Sus leves huesos en cruz /meciéndose en suave luz/ el tipo que la acaricia / y ella novicia llorándose", tomado del tema Novicia, de Víctor Heredia, parece escrito para ellas.
A las dos semanas las separaron a las tres, y ya no volverían a verse. Permanecían unidas por el horror y el espanto.
Les retuvieron los documentos. Cada tanto las atormentaban mostrando la foto de la familia y amenazando con hacer mucho daño a alguno de sus seres queridos ya tan lejanos. Noche tras noche les hacían sentir la humillación.
A Daniela la llevaron a otro lugar y a los 3 meses, a otro; así, cada tanto la cambiaban. Varias cosas ella recuerda como "una vez". Y es así que "una vez" una de sus compañeras logró escaparse. A los tres días la encontraron y "la pagó cara". Le pegaron un buen rato delante de algunas, y otras cosas que la Rusita prefiere no contar. Era castigo para la fugitiva y advertencia para las otras.
En otra ocasión "una vez" escuchó en la radio una propaganda por el Día del Niño y se puso a llorar. Cada tanto le pasaba. Para el Día de la Madre, Día del Padre, Navidad... ¡Cuántos recuerdos arrancados y robados!
Como a los dos años la hicieron quedar embarazada. Así nació Lautaro. Una mujer grande se encargaba de cuidarlo mientras ella trabajaba. Si alguna vez se quejaba, ahora la amenaza era con "la luz de sus ojos".
Dos o tres veces al año caía la policía. Ella nunca supo cómo en esos lugares se enteraban antes y a las que eran más chicas las sacaban rápido en un auto que siempre estaba listo para escapar.
También la obligaron a drogarse y la hicieron adicta para tener un modo más de retenerla y obligarla a "portarse bien" con los clientes. Se acordaba de que cuando "era chica" portarse bien era otra cosa.
Una noche "falló" el aviso o no arrancó el auto, y llegó la policía.
La Rusita tenía 17 años. Algunos de los clientes se fueron. A los "dueños" del local los llevaron presos. No se sabe si por mucho tiempo.
Daniela no se acuerda en qué "casa de tolerancia" quedó su oso "aviador" de peluche. No se acordaba de sus sueños de maestra jardinera o de mirar las casas o los árboles desde el cielo. Había estado viendo la vida y los hombres desde el infierno.
La vergüenza y el miedo son sus compañeros permanentes. La primera le impide volver a casa y encontrarse con su gente. El segundo es por si la vuelven a secuestrar. Le cuesta mucho vencer la adicción. Y como una ventana hacia la esperanza, la mirada y la sonrisa de Lautaro le dan fuerza cada día.
Conoció días y días, horas y horas de pasillos y salas de espera: comisarías, hospitales, juzgados, oficinas, psicólogos, trabajadores sociales... En un par de ocasiones reconoció a dos de sus "clientes". No sabe si ellos la reconocieron.
A los 3 meses el prostíbulo volvió a abrir sus puertas con el nombre "Tus sueños hoy". Y aquí no ha pasado nada. ¿No ha pasado nada? ¿Podemos decir que aquí termina la historia de la Rusita?
Daniela, Maribel, Celeste, Guanda y cientos por año -también varones- son secuestrados con engaño o con violencia, y dedicados a la explotación sexual en las rutas o ciudades para la diversión (?) y el placer (?) de enfermos o sanos cómplices del secuestro, la tortura y la humillación de niños, niñas y adolescentes. Dinero, poder manchado con sangre que brota de los cuerpos frágiles y las ilusiones vulneradas.

De víctimas y victimarios
La trata no es "un tema". Son vidas destruidas. Derechos pisoteados.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos, la Convención Internacional de los Derechos del Niño, la Constitución Nacional, las constituciones provinciales y hasta los libros sagrados de las diversas religiones son tirados al retrete más lleno de excremento con cada niño o niña que es secuestrado y torturado para el comercio sexual.
Durante el año pasado, en operativos policiales fueron rescatadas de las redes dedicadas a la trata de personas 257 mujeres, de las cuales casi 80 eran adolescentes. ¿Es esto todo? ¿O será la punta del iceberg y lo más grueso aún está oculto? ¿Pensaste, lector? Yo pienso lo mismo.
Con ocasión de la reciente sanción de la ley nacional Nº 26.364 de Prevención y Sanción de la Trata de Personas y Asistencia a sus Víctimas ha habido excelentes artículos e investigaciones periodísticas que nos acercan esta realidad que nos duele.
Vivimos en una sociedad esquizoide o farisaica. Al decir de Jesús, "filtramos el mosquito y nos tragamos el camello". ¿Cómo?: prohibimos el uso de animales en el circo para diversión de los niños, pero no se controla y condena el uso de los niños para divertir a algunos adultos; o parece aceptable si son mayores de edad. Qué loco, ¿no? Y, además, a los lugares donde tales cosas suceden se les llama "casas de tolerancia". ¿Puede creerse?
En todo esto hay una "lógica" (?) perversa, que es la de pensar -o aceptar- que la sensación de vacío y soledad o de frustración afectiva de alguno deba ser "consolada" o saciada por una mujer (joven o adulta), obligada a hacerlo por dinero o por violencia.
O que ese "hombre", que suele comer en casa o reunirse con amigos, alguna noche "necesita" que alguien (una mujer) con poca ropa le sirva una copa, y que además por lo que paga esté habilitado para acariciar o reclamar caricia genital u otro sometimiento. Y que esto sea aceptado socialmente como "normal". ¿No será tiempo de proponer y legislar para que quien esta carencia tenga se arregle en casa como pueda? Para esos "hombres" que viven en la ciudad o trabajan en la ruta y se sienten solos y necesitados de afecto, ¿no habrá que pensar en construir en cada estación de servicio de combustible un gabinete psicológico para quien esté deprimido, y una máquina que expenda bebidas y le susurre cosas chanchas al oído? ¿Parece ridículo esto? A mí también. Pero me parece más horrendo lo de ahora.
Al que le quepa el sayo, que se lo ponga. Ya vemos qué producen los cobardes y corruptos.
Y nosotros, los adultos -todos-, debemos cuidar a nuestros pequeños con montones de ternura.
Los peluches deben ser guardianes de los sueños en tiempos de blanca inocencia, pero en casa.

Mons. Jorge Eduardo Lozano
El autor es obispo de Gualeguaychú, provincia de Entre Ríos
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Sunday, August 09, 2009

Sean como niños

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Hoy es el día del niño, no sé por qué motivo, ni cuando se instauró, tampoco creo que sea muy interesante su origen. En realidad no me interesé en averiguarlo.

Esta tarde estuve viendo algunas escenas de la película "Jesús de Nazareth" de Franco Zeffirelli. Todos en algún momento la vimos, antes cuando los medios de comunicación todavía respetaban nuestras fiestas (recuerdo como nos asombraba oir que en Uruguay llamaban "Semana del Turismo" a la Semana Santa), solían pasar ésta y la legendaria "Los Diez Mandamientos" con Charlton Heston.

Particularmente siempre me encantó la actuación de Robert Powell como Cristo, de hecho su rostro ha quedado mucho tiempo presente en el imaginario colectivo como el más fiel retrato de Nuestro Señor. Hasta había estampas con imágenes de la peli. Lo único que nunca me cerró tanto de esta obra de Zeffirelli como de su "Hermano Sol, Hermana Luna" sobre San Francisco, fue que los presentara en algún sentido como "bichos raros" (Francesco es demasiado raro y bohemio para mi gusto). En "Jesús de Nazareth" veo este rasgo sobre todo con los apóstoles, como que mantiene siempre una relación demasiado solemne para ser alguien que ama tanto y les dice "ustedes son mis amigos". Pero lo veo más cercano y "descontracturado" con el resto. Con el Centurión (una de las mejores escenas), con Barrabás, esa escena genial agregada por Zeffirelli en la cual Barrabás, algo así como un etarra hebreo, le propone a Jesús que encabece la rebelión contra los Romanos, entre otras muchas escenas. Pero en especial se refleja esta cercanía en su encuentro con los niños frente a dos sacerdotes del Sanedrín. Estos les preguntan con que autoridad enseña, y Él les responde con otra pregunta "con que autoridad enseñaba Juan el Bautista?" y les dice que no les va a responder, pero si les va a contar una historia, la cual se la dirige hacia su auditorio infantil (otra licencia de Zeffirelli) qué es la parábola de los 2 hermanos pego la cita de Mateo:

«¿Qué les parece? Un hombre tenía dos hijos y, dirigiéndose al primero, le dijo: "Hijo, quiero que hoy vayas a trabajar a mi viña". 29 El respondió: "No quiero". Pero después se arrepintió y fue. 30 Dirigiéndose al segundo, le dijo lo mismo y este le respondió: "Voy, Señor", pero no fue.31 ¿Cuál de los dos cumplió la voluntad de su padre?». «El primero»

Le responde uno de los niños en la peli, y luego se las explica, dejando de lado su tono de puro amor para con los niños, a los Sacerdotes. Brillante escena.

Pero hay muchísimas reflexiones que se pueden hacer sobre el consejo de "sean como niños". Cuando eramos nenes eramos más dóciles a la Palabra de Dios, teníamos menos "voces" y menos rayes en la cabeza, que nos hacía encontrarle un gusto especial a lo verdaderamente bueno. Aún hoy con toda la invasión de medios y consumo que tienen los chicos es impresionante oir testimonios de los padres (me pasa en la oficina) cuando los llevan a prepararse para los Sacramentos a las Parroquias, cómo son los chicos quienes terminan obligándolos a volver a Misa, porque les piden que los lleven. O como en las misas del Colegio los chicos se acercan para ayudar al sacerdote como monaguillos o se prestan para cualquier tarea en la celebración.

Esta es la interpretación más básica me parece, pero creo que sería bueno reflexionar acerca de ese pedido de Cristo de ser como niños. En un buen sentido, no ser un eterno inmaduro!!

Y ya que ni el Vicario, ni el Superior Regional, ni el Superior General, (teléfono para los 3...) nos dieron ningún mensaje, ni nada y por esto quizás a muchos se les haya pasado una fecha importantísima para los betharramitas. Quizás la más importante. El 28 de julio, día de Nuestra Señora de Betharram. De hecho nuestro gentilicio viene de ella...

Cuenta la historia que las apariciones de Betharram datan de mucho antes del inicio de la Congregación, y que su devoción resurgió con fuerza con el apostolado de San Miguel, devoto suyo, y a quienes sus contemporáneos llamaban "el Santo de Betharram". Creo que no hace falta recordar sus apariciones a los pastores, o el salvataje a la niña que se ahogaba en el Río Gave, por lo que fue denominada como la "Protectora de los Ñiños". Por eso me parece propicio recordarla también hoy.


Madre de Betharram, Virgen Bella de la Blanca Estrella, protegé a todos los niños para que puedan preservar y hacer crecer en el camino hacia su madurez ésa permeabilidad por las cosas divinas, ésa docilidad para con tu Hijo. Y a nosotros que ya no somos ningunos nenes, exténdenos tu Bello Ramo salvador para que podamos sacar de las profundas aguas de nuestros corazones aquellas mismas virtudes, y que podamos cumplir el consejo de San Pablo:
“Hermanos, no seáis niños en el modo de pensar, sino sed niños en la falta de malicia ; pero, maduros en la conducta y convicciones” (1 Cor 14,20)
Un abrazo para todos, FELIZ DÍA!!!

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Friday, August 07, 2009

¡Aguante San Cayetano!

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Ahi van algunos testimonios de los jóvenes que estuvimos haciendo el servicio el viernes a la tarde en la fiesta de San Cayetano, ¡que fue fiesta en serio!

"Desde que llegamos todo fue sorpresa. Creo que de los que fuimos ninguno había tenido la oportunidad de participar de algo así antes. Al ver toda esa gente que para poder ver y saludar a San Cayetano, tan solo un minuto, tocar la imagen, rezar junto a él, esperaba horas, con frío, dejando atrás todas esas otras cosas que tenia que hacer y dedicárselas a él solo a él, ver su fe sobre todo fue algo que nos movilizo mucho nos llego al corazón de verdad.
Cuando llegamos y nos dijeron: bueno repartan, sirvan, canten… pensamos ¿nada más, con eso solo ayudamos, vamos a llegar a la gente?. Pero después cuando hablábamos con la gente nos dimos cuenta que había mucha gente que solo necesitaba eso. Cuando nos volvíamos alguien muy especial para nosotras nos dijo: “Ustedes no saben lo feliz que hicieron hoy a toda esa gente, Dios esta muy muy feliz con sus Vidas” Ahí caímos en la cuenta que Dios estaba ahí con nosotros con toda esa gente que solo había que saber brindarse a los otros como el lo hizo con nosotras.
No se si esa gente vio en nosotras a Jesús, espero que si, pero nosotras vimos en cada persona de la fila, en cada persona que estaba ayudando la imagen de un Jesús pleno.
El día de hoy fue un día de Fiesta para todos, lleno de felicidad, de gente unida para un bien, por la iglesia, para pedir por un país mejor, con mayor justicia. Que bueno seria que todos los días fueran así de tanta alegría."

Bely y Meri

"En mi experiencia personal, esta fue la primera vez que participé en la Fiesta de San Cayetano. Desde el momento en que llegué al Sagrado fue sorpresa. A pesar de ser del San José, recibí un fuerte abrazo de mis amigas, y un recibimiento de Claudia con un regalo del Sagrado. Viajamos en combi. A muchos no conocía, pero esta experiencia me sirvió para empezar a conocerlos. Llegamos, la cola era inmensa. Increíble ver a tanta gente pasando frío, horas y horas de espera, solo por ver o tocar unos segundos al santo. Ver la fe de la gente, y cuánto los moviliza en indescriptible. Cuando llegamos a la carpa y nos dijeron que faltaba alguien que tocara la guitarra, sin pensarlo siquiera, pedí una guitarra y me puse a tocar. Quizás, no viví lo mismo que los demás, que estuvieron más con la gente, sirviéndoles mate cocido, galletitas, entregándoles estampitas; pero sé que pude aportar un poco. Pude hacer, con todos los que cantábamos y tocábamos, que la gente se distraiga un poco, no pase tanto frío y pase la tan larga espera, con un poco de alegría. La verdad, sé que hice con muy poco algo por los demás. Y me di cuenta de eso, cuando antes de volver, alguien muy sabio nos dijo: “Ustedes no saben lo feliz que hicieron hoy a toda esa gente. Dios esta muy feliz con sus Vidas”. Que verdadera fiesta que vivimos hoy!"

Vicky Kecskemeti
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Tuesday, August 04, 2009

Mujeres contra el desmonte

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Monday, August 03, 2009

Para pensar juntos... Generación ni-ni

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Generación ni-ni: ni estudia, ni trabaja, ni proyecta

Dos de cada diez del total de seis millones de argentinos de entre 15 y 24 años no tiene ganas de nada. Muchos ya ni siquiera buscan empleo. El 80% vive en hogares pobres. Las razones del fenómeno según los especialistas. Testimonios de los ni-ni.

Tamara Smerling
Clarín. 12.07.2009 (derechos reservados)

“Me levanto, toco la guitarra, después desayuno; si tengo que trabajar, me ocupo de esa obligación; hago la limpieza del hogar y me baño, escucho música, salgo a caminar por el barrio, almuerzo, escribo, tomo nota de la vida misma, consumo algún estupefaciente, me acuesto a dormir”, escribe un chico acerca de cómo es un día cualquiera de su vida. Se trata de uno de los 900 mil jóvenes de la llamada generación ni-ni: jóvenes que ni estudian, ni trabajan, ni buscan empleo. En la Argentina existen 3.253.000 de adolescentes de 15 a 19 años y 3.174.000 de jóvenes adultos de 20 a 24 años: en total, unos 6.427.000 de chicos que representan al 20% de la población total. De esos seis millones de adolescentes y jóvenes adultos, dos de cada diez no tiene ganas de nada. “Si uno antes se esforzaba, lograba estudiar y trabajar, el progreso no tenía límites. En cambio, ahora, los chicos observan que los padres o los abuelos trabajan o se esfuerzan mucho pero no ven ningún progreso”, dice Mariel Romero.

Romero y Guillermo Pérez Sosto son sociólogos y desarrollan investigaciones sobre los jóvenes desde hace más de treinta años: en la Cátedra Unesco sobre las Manifestaciones Actuales de la Cuestión Social y en el Centro de Estudios en Políticas Laborales y Sociales del Instituto Torcuato Di Tella. Desde esos espacios realizaron investigaciones cualitativas para determinar cuáles son las expectativas y deseos de los jóvenes que van de los 15 a los 24 años y a los que el mercado de trabajo les es esquivo. No sólo el mercado, también el esfuerzo, que economizan por miedo a la frustración. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) publicó las conclusiones de su estudio Jóvenes y Trabajo Decente en la Argentina: “En la Argentina de la poscrisis de 2001, la problemática juvenil y la precariedad laboral ocupan el centro de la gravedad de la cuestión social”, apunta Pérez Sosto, que asegura que se trata de jóvenes que pertenecen a ese segmento de la población que se convirtió en irrelevante para el sistema capitalista porque antes eran explotados y hoy se los excluye. “Existe una fragmentación de los imaginarios sociales porque se quebró el mito del progreso”, dice.

En las estadísticas, a esos chicos se los denomina “inactivos absolutos” y son muy distintos de lo que en Europa llaman de la misma manera: jóvenes de una clase social apática. De este lado de mundo, los ni-ni pertenecen a sectores indigentes, pobres y vulnerables. “En la Argentina, surgen de un proceso de descomposición social, de una historia de degradación de la economía y de la sociedad de largo período, que supone la precarización del mundo del trabajo, la desprotección social y, por último, el abandono de niños y jóvenes. Un problema social contiguo al de nuestros ni-ni son los ‘precarios’ jóvenes, que abandonaron sus estudios y buscan trabajo, casi 500 mil, y los jóvenes que abandonaron sus estudios y trabajan en forma precaria o indigente están cerca del millón. Entre ambas categorías suman 1,4 millón de jóvenes sobreexpuestos, condenados a la precariedad perpetua y amenazados de invalidez social”, dicen Pérez Sosto y Romero.

“Yo terminé la secundaria en 2007: fue unos meses después de lo que debía, porque me quedaron un par de materias. Ya en quinto año, como estaba libre, empecé a trabajar como (agente de) seguridad de un templo judío. Después me anoté en el terciario de la ORT para hacer Análisis de Sistema y la verdad es que me bajé al mes y medio porque no me gustaba. Ahí me fui de nuevo a trabajar de lo mismo hasta que me echaron hace unos meses, en marzo, de un lugar donde me hicieron mil contratos temporales”, dice Pablo, que tiene 20 años y vive en la casa de los padres en Villa del Parque. “Ahora estoy sin trabajo y sin estudiar y la verdad es que es difícil. Mi CV está dentro de cuatro bolsas distintas y cuando me llaman es para laburos donde me ofrecen menos de mil pesos por mes, quedan muy lejos o son mil horas, y cuando me convocan para algo más específico, no tengo la suficiente experiencia ni los estudios que me piden”, cuenta Pablo, que se anotó en la carrera de Imagen y Sonido de la UBA y espera poder terminarla.

El 80% de estos jóvenes sin proyectos ni ilusiones vive en hogares pobres. Sólo el 8% de los ni-ni tienen un mejor pasar económico. Para todos, en definitiva, el progreso no existe: tienen una gran apatía, una grave crisis de participación, no creen en instituciones como la escuela o los sindicatos. En el 40 y el 50 % de esos chicos, el abandono escolar hace estragos. Ése es el primer paso –reconocen– para quedar afuera de todo. Una vez que dejan la escuela y salen a buscar trabajo, se encuentran con una realidad cruda: el 25 % no tiene empleo y la precariedad laboral de los puestos de trabajo a los que tienen acceso trepa al 62,2 %, cuando el índice para la población general es del 40 %. “Estos chicos no se interesan por nada: hay abandono a priori de la ciudadanía. No les interesa opinar ni votar, no quieren hablar de política, existe una profunda desafiliación y se caen, de ese modo, las redes de sociabilidad. Hasta el progreso se da como una forma individual. Niegan la eficacia de la acción colectiva”, dice Pérez Sosto.

El estudio realizado por los sociólogos recogió testimonios de jóvenes que relatan un día de sus vidas: “Me levanto, escucho la radio, desayuno, veo qué hay para hacer, salgo, estoy con mis amigos, cuando puedo salgo a buscar trabajo”, dice un ni-ni. Otro escribe: “Me lebanto, arreglo mis cosas, alludo en mi casa, si sale alguna changa la hago, osino beo la tele”(sic). Otro, más adelante, agrega: “Un día mío me levanto temprano, al medio día como, a la tarde juego a la pelota, buelbo, me pego un vaño y me voy con los pibes parai”(sic). En todo caso, todos se levantan.

Entre las mujeres –que son siete de cada diez de ese segmento– el problema no es la apatía, sino otro: abandonan la escuela o dejan de buscar trabajo cuando quedan embarazadas o tienen que cuidar a sus hermanos más chicos: “Me lebanto temprano, limpio mi casa y miro las nobelas” (sic), dice una chica. Otra enumera: “Me levanto, preparo el desayuno, organizo las cosas del colegio de mis hermanas, les hago el almuerzo, las llevo al colegio, limpio mi casa, las voy a buscar al colegio y las ayudo a hacer la tarea, después viene mi mamá y le hago mates y después cenamos y dormimos”.

“Existe una tendencia que marca que hay chicos que estén en un estado de adormecimiento. En las mujeres se ve un poco más la fantasía de la Bella Durmiente, donde alguien aparentemente las va a despertar en algún momento para llevarlas a un mundo distinto, en el que todo está solucionado. Estos estados mentales tienen relación con una falla de continencia durante el proceso adolescente por parte de la familia, y ésta, a su vez, no es contenida por la sociedad. El chico cae en una suerte de vacío de referentes. Puede reaccionar de distintas maneras, que van desde el chico un poco haragán hasta el que muestra una depresión profunda o también algunos que caen en psicopatologías muy severas como la psicosis, falta de inserción, adicción o la delincuencia. Un chico que no estudia ni trabaja puede ser alguien que está sufriendo mucho a pesar de la aparente pasividad. También puede sufrir una grave falta de motivación por un mundo que ofrece muy pocas garantías”, dice la médica psicoanalista y coordinadora del Comité de Psicoanálisis de Niños y Adolescentes de la Asociación Psicoanalítica Internacional (API), Virginia Ungar.

La mayor parte de los ni-ni, el 68,3%, no terminó la secundaria y la mayoría son mujeres: 73%. El embarazo adolescente es el primer factor para quedar afuera de todo. Grisel, 16 años y un hijo de un año y diez meses, asiente con la cabeza: “Yo me levanto a las ocho de la mañana y dejo dormir un rato más al nene. Después, a las nueve, lo levanto. Le doy un yogur y sigue toda la mañana. Se lo dejo a mi hermana y limpio la casa. Después, él duerme una siesta y si quiere jugar, lo dejo, si no mala suerte. Mientras él duerme, yo estudio un poco. Porque dejé la escuela un año cuando quedé embarazada y ahora la retomé a la noche”, dice. Su hermana fue la que insistió para que retomara la secundaria. Ahora va de seis a once de la noche, en pleno centro de Santa Fe. “Es que a la noche, la escuela no es lo mismo que a la mañana o a la tarde, hay cosas que no te enseñan o problemas, como gente que se droga. Yo tuve uno cuando unos chicos me quisieron pegar y me asusté mucho”, dice la joven, que busca trabajo y no encuentra. “Me piden el título secundario y no les importa que estoy en el último año. También que tenga horario de mañana y tarde y si les digo que tengo un hijo, menos me toman. Si te dan trabajo, te pagan veinte pesos por doce horas”, cuenta.

Ana Miranda dirige el programa de Investigaciones de Juventud de Flacso. En uno de sus últimos trabajos, “Educación secundaria, desigualdad y género en Argentina”, retrata a los ni-ni: “Más del 20% de los jóvenes que no estudia ni trabaja se encuentra en una situación que se denomina como de ‘domesticidad excluyente’, en referencia a su escasa participación en ámbitos públicos, de carácter educativo o laboral. Este fenómeno, que no es nuevo, tiene implicancias más significativas en el contexto social contemporáneo en donde el abandono escolar temprano y la baja participación en el mercado laboral generan amplias dificultades frente a la obtención de ingresos, perpetuando la vulnerabilidad de las mujeres en estos grupos sociales”.

La incertidumbre, la apatía y la desilusión son moneda corriente entre estos jóvenes. Sin embargo, la psicóloga Ungar opina que la situación se puede revertir: “No tengo una visión tan pesimista. Si estos chicos son escuchados, con ayuda terapéutica y un trabajo interdisciplinario, pueden arrancar”.

OPINIÓN

Una derivación de la exclusión de los 90
Mario Margulis (Sociólogo)

Los jóvenes son el futuro de la nación. Que haya cientos de miles de jóvenes que no estudian ni trabajan supone una pérdida insalvable para la sociedad. Se trata de una triple exclusión: de la enseñanza, de la capacitación laboral, de la esperanza en la propia vida; quedar afuera de las instituciones socializadoras: la escuela, el trabajo, a veces de la familia. La cultura y las habilidades sociales necesarias para incorporarse como miembro adulto de la sociedad se adquieren en esas instituciones que transforman al niño en ciudadano apto para desenvolverse en la sociedad. Las instituciones de enseñanza, los lugares de trabajo y la familia brindan al niño y al adolescente los recursos para moverse competentemente en el medio social. La escuela no sólo trasmite conocimientos, inicia al niño y al adolescente en los códigos de la convivencia, en el respeto recíproco y en los matices del trato mutuo. El taller y la fábrica adiestran en las habilidades y disciplinas del trabajo, pero también enseñan destrezas sociales y aportan en la construcción de la identidad. ¿Qué queda para el joven excluido de estas instituciones, que no trabaja, no estudia y tiene un hogar problemático? La calle, el grupo de pares, otros jóvenes como él igualmente a la deriva, vulnerables a la droga, a las tentaciones fáciles, a la estigmatización, al delito e incontables riesgos.

En nuestro país el problema de estos jóvenes excluidos proviene de las políticas de los años 90 que generaron pobreza y desempleo. Ha habido después esfuerzos públicos importantes, pero el problema permanece y sus cifras son cuantiosas. Las políticas públicas deben ser concertadas y eficientes. Las instituciones de enseñanza deben contar con más recursos y tornarse no sólo más actualizadas y eficaces, también más atractivas y promisorias. También favorecer el empleo juvenil, apelando a becas y subsidios. Así los jóvenes dejarán de ser considerados un peligro del que hay que defenderse con murallas, armas o leyes y podrán volver a ser vividos como potencialidad, futuro y esperanza.

Garantizar educación de calidad para todos
Delia Méndez (Coordinadora del área de Educación de Jóvenes y Adultos del Ministerio de Educación de la Nación)

En nuestro país, una parte de la población joven no está incorporada al sistema educativo y tampoco al mundo del trabajo. Por eso, desde la Dirección de Educación de Jóvenes y Adultos del Ministerio de Educación de la Nación desarrollamos políticas públicas orientadas a la creación de empleo y a formar personas con mejores capacidades técnicas y sociales. Creamos en 2008 el Plan Nacional de Finalización de Estudios Primarios y Secundarios para Jóvenes y Adultos (Fines), mediante el cual unas 200 mil personas se inscribieron para completar sus estudios y ya se recibieron más de 61 mil estudiantes. El Plan brinda tutorías y capacitación a los equipos docentes y provee libros de texto, útiles y equipamiento a los alumnos y las instituciones participantes.

Otra estrategia de inclusión de los sectores más vulnerables consiste en el Programa Educación Media y Formación para el Trabajo para Jóvenes, financiado por la Unión Europea y con presupuesto del Ministerio de Educación nacional. Fue diseñado para promover la finalización de la educación secundaria y la capacitación laboral de jóvenes de 18 a 29 años que no estudian ni trabajan. Esta acción complementa las líneas de intervención tendientes a garantizar la obligatoriedad de la Educación Secundaria, establecida por la Ley de Educación Nacional 26.206.

A través de este Programa se brinda asistencia técnica a la gestión institucional; equipamiento informático y multimedial para las sedes de Educación de Jóvenes y Adultos y para los centros de Formación profesional; capacitación a docentes e instructores de estas áreas; oferta de educación secundaria semipresencial articulada a la Formación Profesional; provisión de material pedagógico a docentes y alumnos, y becas de inclusión y retención. En suma, buscamos garantizar el derecho a una educación de calidad para todos los argentinos.

Sin adultos como modelo
Daniel Schmukler (Psicoanalista y especialista en adolescentes. Miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA))

¿Cómo explicar esta particular afección, caracterizada por el “ni trabajan, ni estudian, ni buscan trabajo”, a lo cual yo agregaría: ni les interesa la política, ni la realidad social, ni siquiera demasiado el sexo? Es importante no cometer el error de pensar o comparar la adolescencia actual con aquellas vividas por los que hoy somos adultos. Si bien la adolescencia “adolece” de conflictos universales que vemos repetirse a través de las distintas generaciones, estos conflictos son atravesados en cada generación por los imperativos y mandatos culturales del momento.

Así, hemos dejado de lado otras adolescencias: la del “haga el amor, no la guerra”, la de los ideales en pos de un mundo mejor, incluso la más moderna de la carrera por el enriquecimiento rápido y a toda costa. El problema es que estos imperativos hoy han caducado, y no han sido reemplazados. Y acá entramos en escena los adultos. Los adultos hemos dado un paso al costado como modelos de algo interesante, apasionante a qué aspirar. Los adultos nos hemos convertido en escépticos, descreídos, algo cínicos, desconfiados, ser nosotros eternos jóvenes. Como si fuera poco, mostramos cómo el trabajo y los ahorros de años, logrados gracias al estudio y el esfuerzo laboral, pueden desaparecer de la noche a la mañana en una maraña de escándalos y fraudes.

Entonces, ¿cómo puede entusiasmarse un joven detrás de un proyecto que implique a la vez un esfuerzo, y la paciencia y la tenacidad para sostenerlo a través del tiempo? No tengo yo una respuesta. Sí creo que tenemos que dejar de etiquetar a los adolescentes con categorías “marketineras”, dejar de observarlos como si fueran habitantes de otro planeta, y comprometernos más en un diálogo que les permita volver a creer en que los cambios son posibles.
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