Carta fraterna por el Año Sacerdotal

Buenos Aires, dieciocho de junio de 2009.

Queridos hermanos betharramitas religiosos y laicos:

Desde hace ya un tiempo, -como les recordaba en una carta anterior-, estamos viviendo el Año Vocacional Betharramita, que comenzó con la celebración de los Votos Perpetuos del ahora Padre Guido en el Camjumita ‘08 y terminará, si Dios quiere, el próximo mes de noviembre con la ordenación sacerdotal de quien suscribe.

Muchas cosas son las que hemos celebrado como familia betharramita y de hecho, seguimos celebrando. Entre los motivos que encontramos están ciertamente la reciente ordenación sacerdotal de Guido y mi diaconado, pero también la de otros betharramitas del mundo: las ordenaciones de Mauro, Maestro de Escolásticos en Brasil, Stervin y Enakius, de la India, Luk Kriansak de Tailandia y de Narcise, quien será el primer sacerdote centroafricano de Betharram; y también la Vida Consagrada de Sixto, de Paraguay, quien se prepara para hacer este fin de semana los Votos Perpetuos; y nuestros novicios de Adrogué que empiezan su año canónico de Noviciado Regional mañana mismo.

Y la Iglesia, que es “Madre y Maestra”, nos regala una nueva oportunidad para seguir celebrando. Habiendo terminado el Año Paulino Internacional, ahora nuestro Papa Benito XVI, inaugura mañana, en la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, el Año Sacerdotal para toda la Iglesia Católica, a lo largo y ancho del mundo.

Esto quiere decir que en el contexto de nuestro Año Vocacional Betharramita, como Iglesia empezamos a vivir el Año Sacerdotal. Y es el mismo Papa quien pide a todos los cristianos que oremos intensamente por los sacerdotes, por los que están en camino de serlo y por los jóvenes que están buscando. Nosotros hoy queremos sumarnos a esta oración de la Iglesia por sus pastores. Creo que es una nueva oportunidad en la que podemos como Familia Betharramita renovar nuestro ardor en la oración por las vocaciones religiosas y sacerdotales.

Pero entiendo que a veces se nos hace difícil rezar “en general” por las vocaciones. Por eso hoy les quiero poner nombre. Encomiendo a la oración personal y comunitaria de todos ustedes a todos los sacerdotes y religiosos de Betharram del Vicariato de Argentina y Uruguay, especialmente de Guido en estos primeros meses de ministerio. E igualmente les pido que recen y hagan rezar por todos aquellos que nos estamos formando para serlo, yo en mi diaconado y el resto de los muchachos que están en formación: los Escolásticos de Brasil: Robson, Luiz, Marcello, Eder, Chiquinho, Eudes, Rodrigo, Daví, Wagner y Glecimar; los de Paraguay: Nelson, Alberto, Carlos, Osmar, Víctor y Raúl; por los actuales novicios de Adrogué: Juan Pablo, de Argentina, Charles de Brasil, Raúl y Alcides de Paraguay; y dos esperanzas bien argentinas en el Postulantado: Javier y Daniel.

Elija cada uno un nombre. Sea el que sea. Y recen, recen mucho en este año vocacional y sacerdotal. Recen para que seamos fieles a nuestra vocación, que no nos la guardemos, que la pongamos al servicio, que nos demos por entero, que hagamos de la intimidad orante con Jesús el pan cotidiano de nuestra vida sacerdotal y religiosa, para que nunca nos entreguemos, para que no nos gane el cansancio, para que seamos en medio del mundo signo de Jesús, para que podamos encarnarnos en aquellas realidades a las que Dios nos llame y darnos por entero a ese mundo tan necesitado y con tanta hambre de Dios y de sentido.

Que la Solemnidad de Corazón de Jesús que ya estamos celebrando, nos encuentre a todos los betharramitas unidos, compartiendo juntos un mismo carisma, cada uno en la posición en la que Dios nos quiere, con un único fin: lograr para los demás la misma felicidad.

Les adjunto la Oración para el Año Sacerdotal elaborada por nuestros obispos argentinos y así, como Pueblo de Dios, la recemos continuamente.

Los saludo a todos muy fraternalmente en el Corazón de Jesús, Amigo, Compañero y Hermano.

Hno. Sebastián García scj.

Responsable de la Pastoral Juvenil

y Vocacional

Oración para el Año Sacerdotal

Jesús, Buen Pastor,

que has querido guiar a tu pueblo

mediante el ministerio de los sacerdotes:

¡gracias por este regalo para tu Iglesia y para el mundo!

Te pedimos por quienes has llamado a ser tus ministros:

cuídalos y concédeles el ser fieles.

Que sepan estar en medio y delante de tu pueblo,

siguiendo tus huellas e irradiando tus mismos sentimientos.

Te rogamos por quienes se están preparando

para servir como pastores

que sean disponibles y generosos

para dejarse moldear según tu corazón.

Te pedimos por los jóvenes a quienes también hoy llamas:

que sepan escucharte y tengan el coraje de responderte,

que no sean indiferentes a tu mirada tierna y comprometedora,

que te descubran como el verdadero Tesoro

y estén dispuestos a dar la vida "hasta el extremo".

Te lo pedimos junto con María, nuestra Madre de Luján,

y San Juan María Vianney, el Santo Cura de Ars,

en este Año Sacerdotal. Amén.+