Tuesday, August 08, 2006

Reflexionando


Siempre es bueno comprender al prójimo. Creo que esta breve narración ilustra mucho de los "por qué" y "como" de nuestra religión. Bajémonos del mundo por unos instantes y dediquemos aunque sólo sean unos minutos a la reflexión.

Un padre y un hijo

¿Dónde estás? Te pierdo en mis silencios. Ya no escucho tu voz. ¿Por qué no me diriges la palabra?. ¿Acaso tanto me odias? Únicamente te he amado, y todo lo que he hecho fue porque te amo. Eres tan indiferente frente a mí. ¡Mírame!.
No puedo contener las lágrimas y, de la misma manera, no puedo contener mi amor. Te amo, aún cuando tú no me ames. Te abrazaría y besaría, pero te respeto. Por eso no me atrevo a tocarte.
Hace tiempo que siento que el vacío entre nosotros se expande, ¿por qué?. ¿Es acaso porque sabes como me siento junto a ti? o ¿es que tienes miedo?. No sabes como mirarme, como tratarme. No sabes de qué manera decirme que no me quieres, que para ti todo esto no ha sido más que una mentira.
No miras dentro de mis ojos porque temes perderte para siempre en la profundidad de los mismos. No miras, porque sabes todas mis palabras son ciertas, y que mis ojos no te mienten. Me eludes la mirada y muestras tu cobardía. Eres tan despreciable, y aún así, te amo.
¡Mírame, te lo suplico!. Vuelve a caminar hacia mí. Deja atrás tus odios y tus rencores. Comprende que te amo y que te espero, comprende que jamás te haría daño. No me rechaces, no te dejes caer. El sendero que te ofrezco es duro, pero te acompañaré y nunca dejaré tu lado. Sólo pido que te quieras, que te aprecies. Que busques en los demás el amor que día a día te manifiesto. Que sepas valorarte y aprovecharte. Que comprendas que las alegrías y tristezas son parte de la maravilla de “ser”. Sólo quiero que seas pleno porque te conozco y sé que buscas la plenitud.
Créeme cuando te digo que te conozco. Te he pensado y te he creado tal como eres. Te hice libre, para que puedas elegir. No intervengo porque respeto tu libertad y la de los demás. Pero te suplico que veles por tu vida. Te ruego que me sigas, porque así serás feliz.
Espero que algún día entiendas hijo mío, que todo lo he dejado en tu camino. Espero también entiendas que nada ha sido impuesto. Tu vida me pertenece y aún así te dejo obrar libremente con ella, a pesar de que atentes contra tu propia felicidad o la de los demás.
Crees que ya has elegido un sendero y que es definitivo. Crees que no hay perdón ni vuelta atrás. ¿Acaso no sabes que soy omnipotente?. ¿Acaso crees que existe algún límite para mí? Soy capaz de hacerlo todo, pero me rehúso a intervenir para que seas libre. Jamás perderé mi fe en ti. Te lo seguiré pidiendo eternamente.
Vuelve a mí hijo mío, porque te amo.

0 comentarios:

 

¡Blogs Amigos!

Betharram Joven © 2008 Business Ads Ready is Designed by Ipiet Supported by Tadpole's Notez