Saturday, February 12, 2011

El gustito por la misión...



¡Adelante siempre!
Lograr para los demás la misma felicidad. ograr para los demás la misma felicidad. Lograr para los demás la misma felicidad.
El Sauce, Nueva Esperanza, Santiago del Estero.- Este año nos tocó misionar en esta
Comunidad, zona nueva para nosotros, a sólo 4 kms de la sede parroquial. Llegamos el lunes 3 de
enero antes del mediodía.
Bajo la animación de Roxana Flores, con más de 25 misiones, misionera beth de alma, nos
pusimos a trabajar: limpiar, juntar agua, acomodar aulas: para dormitorios, para cocina, para
oratorio, para depósito… todos alegres, sin hacernos rogar, a pesar del calor que apretaba, como
hormiguitas, fuimos transformando en hogar la Escuela, nueva, pero con defectos de
mantenimiento: cañería rotas, cloacas tapadas, falta de luz, de duchas…
Al atardecer, antes de la cena, la Cena del Señor. Momento fuerte de este primer día y de
todos los días. Del Señor Jesús que se parte y se reparte aprendemos ese darse, ese dejarse comer,
para lograr para los demás la misma felicidad.
Y entramos de lleno en el ritmo de la misión.
Cada día.
Por la mañana:
Después del desayuno, oración y formación. Un librito, elaborado por el P. Guido y el
equipo misionero del Viarur, fue guía eficaz. Momento para ponernos como discípulos a los
pies del Maestro para escuchar y aprender a ser misionero beth,
Luego tareas: Lavar ropa personal, preparar dinámicas, paquetitos, carteles, las visitas a las
casas. En la cocina, mientras Miguelito juega con María del Valle, Adolfo Vázquez,
ayudado por el equipo de cocina, prepara el almuerzo… somos 25… ¡no es poca cosa!
Después del almuerzo, la obligada siesta.
De dos en dos.
• A las 16.30 merienda y las visitas… De dos en dos, - Gustavo nos organizó tan bien como
Jesús a sus discípulos - nos perdimos por los barrios, casas cercanas, Carmen - con la Biblia
en una mano y el pastillero en la otra - … casas alejadas… todos salimos a proclamar la
Buena Nueva: “El Reino está hoy en el Sauce, conviértanse!”
La mesa de Jesús.
Al anochecer – cansados pero contentos – experimentando el gozo del poder de Jesús que
por nuestras manos débiles, sigue expulsando demonios, sanando corazones, salvando a los
caídos, convocando a los pobres… nos sentamos con Él, a su mesa. Y nuestro gozo se hizo
Eucaristía… y nos llenamos de su fuerza, de su ardor… ¡cada noche!
Momentos comunitarios
Las visitas, el encuentro personal con los vecinos, con las familias, con las
comunidades cercanas, fueron engendrando un rosario de encuentros masivos:
1) El día de Reyes con los niños: la Escuela se llenó de sonrisas, de juegos, de sorpresas… de
la frescura de los niños tan alabados por Jesús. Y los Magos repartieron regalos… Y Jesús
mismo amplío su mesa generosa para todos, chicos y grandes.
2) El domingo 9 de enero, fiesta del Bautismo de Jesús. Encuentros comunitarios de los
misioneros con Comunidades cercanas:
a. En EL Quemado: Misa a las 9, con bautismos. Luego, reunión de vecinos, que entre
mate y mate, van fortaleciendo sus lazos de comunidad, empeñada en reunirse, en
orar juntos, en lograr entre todos fondos para terminar la capilla.
b. En Tres Bajos. Misa con bautismos a las 11, reunión con los vecinos y almuerzo
comunitario.
c. Y al atardecer, ¡Encuentro para un chichoneo misionero! Nosotros con los
misioneros de Taco Pozo, los jóvenes santiagueños – pequeño resto de la parroquia
San Roque de la Capital - acompañados por Cristian, novicio paraguayo y algunos misioneros de Barracas y asesorados por el P. Gilberto, del Paraguay. El compartir
fue informal y muy variado:
- Experiencias de cada grupo, personales, de la actividad misionera, tan linda!
- Empanadas, lechón asado, presentes de familias buenas, (y fruto del
evangelio siempre tan generoso!) Y unas pizzas de primera, obra del experto
cocinero, Adolfo Vázquez.
- Los talentos de artistas: guitarras y bombo, cantos y bailes… hasta que las
velas – y Roxana - dijeron basta!
3) La clausura de la misión: el viernes 13 de enero. Desde Taco Pozo, Quebrada Esquina, El
Quemado, Los Ruices, Doña Grimanesa… partieron vecinos entre rezos y cantos, guiados
por las imágenes de sus patronos, María del Valle, de Huachana, del niño perdido, de San
Cayetano, San Roque… todos se reunieron para la mesa de Jesús. Momento emocionante
que culminó en un ágape entre todos. ¡Alcanzó… y juntaron 12 canastos para que nada se
pierda!
Y como en el Sauce y Taco Pozo, también en Nueva Esperanza. La Comunidad de
Rosario, asesorado por el experimentado e incansable misionero P.Bruno, desplegó su actividad,
plena de ardor sembrando fe y alegría por los barrios.
Las tres Comunidades misioneras juntas organizamos dos eventos generales:
⋅ El Retiro kerigmático, 11 de el martes enero animado por un equipo de laicos y los
sacerdotes.
⋅ La jornada para los jóvenes, animada especialmente por la Comunidad de Rosario
con la colaboración del P. Pepe y de las otras Comunidades.
ASÍ, desde hace más de 25 años, Betharram comienza entre nosotros el
descanso del verano, cambiando de actividad, como solía hacer el P. Garicoïts,… salimos en
Comunidad a misionar los primeros 15 días de enero.
Es la Comunidad de Jesús, Betharram, su Iglesia, la que misiona. Esa Comunidad que vive la fe
en su Resurrección y busca para los demás la misma felicidad..
Comunidad que reza, que celebra la Eucaristía, que vive en comunión: comparte el pan, el
trabajo, conlleva las cargas unos de otros.
Comunidad que cada día se sienta a los pies del Maestro: lo contempla, alimenta en Él, ese
impulso ardiente e imparable de hacer propia su causa: evangelizar a los pobres.
Comunidad misionera que misiona a su estilo: “¡Aquí estoy, Señor! ¡Más por amor que por
cualquier otro motivo! ¡En lugares que otros no quieren!” ¡En comunión con la Iglesia de Jesús,
santa y pecadora! ¡En familia de Betharram!
Comunidad que busca de verdad para los demás - especialmente los pobres - la misma
felicidad de ser de hijos del mismo Padre.
Éramos muchos, de lugares diversos como también de diversas edades y estados de vida,
organizados en tres comunidades:
- En Nueva Esperanza, Comunidad de Rosario asesorada por el P.Bruno.
- En Taco Pozo, Comunidad de santiagueños y algunos de Buenos Aires, asesorada
por los Padre Gilberto y Sergio,
- En El Sauce, Comunidad de Buenos Aires, asesorada por el que escribe.
Había de Brasil, de Paraguay, de Argentina. ¡Muy lindo que la Región vaya encontrando
espacios para compartir el carisma, la misión, como se expresó en el 1er. Capítulo Regional!
Había de Adrogué, de Barracas, del Colegio San José de Buenos Aires, de Rosario, discípulos
de la Parroquia San Roque de Santiago del Estero, de Recreo de Catamarca. ¡Qué bueno que la
misión anude a las Comunidades del Viarur! Había ancianos, avezados con más de 20 años de experiencia, - Lito, Adolfo, Carmen con sus
60 largos… Roxana y Gustavo y Claudia pisando los 40… -
Había jóvenes ardientes, que buscan encontrarse con Jesús, allí donde Él mismo dijo que lo
encontraríamos indefectiblemente, entre los pobres: Tomás, Nati, Lula, Leandro, Daniela,
Rocío, Luli, Maru.,, columnas de la comunidad misionera.
Había matrimonios, Roxana y Gustavo, Natalia y Tomás.
Había sacerdotes del clero – Padre Pepe – y sacerdotes religiosos – P. Gilberto, paraguayo,
que trabaja en Brasil, PP Bruno, Sergio y Paco , del Viarur.
Había un diácono, Daniel Pavón, paraguayo, en pleno reencuentro con su vocación sacerdotal
Había escolásticos brasileños, Marcelo Rodrigues da Silva y Francisco de Asís dos Santos, que
concluyeron los estudios académicos y comienzan su preparación a los votos perpetuos y al
diaconado.
novicios para la vida religiosa beth – Paulo, Maicon, Jeferson, Iran, brasileños, y Cristian,
paraguayo, y novicios para la vida misionera beth: Rosario y Pablo Cantón, Rosario Daniele,
Clarita Woites y Vicky Woites, fresquitos con sus 16 años, soñadores y desbordantes de
generosidad. Todos de la familia de Betharram. Todos del Aquí estoy.
Unidos en un solo corazón, bajo los ojos buenos de María, la Madre, afrontamos esta tonificante
experiencia misionera y también carencias importantes
- Una lluvia persistente: nos hizo crecer en asumir con alegría la dificultad del barro, de
mojarnos, de una humedad pegajosa que impedía que la ropa se secara… Salíamos de las aulas
donde descansábamos al barro…
- Las juanitas – insectos de muy mal olor, que irritan la piel con su secreción - visitaban
nuestras misas, reuniones nocturnas, cenas…
- La escasez de agua. Servicio de agua sólo unas horas por día. Sábados y domingos, descanso
sagrado: no se daba agua, ¡a medirse en todo…¡también en ducharse a pesar del calor!
- Deficiencias notables en el edificio de la Escuela: aulas sin electricidad, los baños sin agua...
¡todo con baldes!…
Como buenos misioneros betharramitas, a ejemplo del P. Garicoïts, del P. Guimón y tantos
otros betharramitas, descubrimos en cada problema un desafío: bajo la dirección experta de
Gustavo, improvisamos duchas, conectamos cables, rellenamos charcos, colocamos lámparas,
reflectores…
¡Nada ni nadie nos impidió lograr para los demás la misma felicidad!
P. Paco, testis

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